La juventud necesita de estrategias de organización y
movilización juvenil que permita incidir en la juventud salvadoreña. No se
debe esperar a que los jóvenes acudan al llamado del cambio, hay que ir por
ellos, donde están ellos, para construir juventud con una visión de poder
popular juvenil organizado.
Hoy más que nunca debemos creer
en los jóvenes y creer en los jóvenes es visibilizarlos, es lo nuevo de
nuestros pueblos, para impulsar las
transformaciones que el país, los futuros
continuadores de la lucha revolucionaria, los depositarios de grandes
tareas.
Debemos construir una juventud,
que sea un honor pertenecer a la juventud Farabundo martí, una juventud que
aprenda por si misma a ser revolucionaria.
Podrá cometer errores en su desarrollo, pero eso le permitirá avanzar y
crecer.
La batalla por transformar
nuestro país es una batalla permanente de todos los días y la juventud juega un
rol importante principalmente en la batalla de las ideas y esas ideas que
defendemos son las más nobles y las más justas. Hoy en estos tiempos es un
privilegio ser joven, para cambiar todo lo que debe ser cambiado, para
continuar con más y mejores conquistas para la consolidación de la democracia.
La batalla principal de la
juventud es la batalla por la transformación social de la humanidad. En esa
batalla tenemos hacer una correcta combinación de las diferentes formas de
lucha: la lucha política, social y electoral. Lo que verdaderamente forma al
joven revolucionario es la lucha.
Debemos de fomentar la
camaradería, la fraternidad, el compañerismo y la solidaridad en la organización juvenil; que todos se
sientan integrados, que son verdadera familia. Si uno de los compañeros tiene alguna dificultad, el colectivo deberá
ayudarlo para superar el problema.
Guiar a los jóvenes por los más
altos ideales de transformación, como el ejemplo de Schafik, Farabundo Martí,
el Che Guevara, Fidel castro, entre otros. También debemos siempre inculcarle a
la juventud los anhelos de justicia, paz, del respeto a los derechos e igualdad
social y del Buen Vivir.
Nunca se les deberá mentir a los jóvenes, por
que perdemos credibilidad. Además es una
deformación que les estaremos transmitiendo a nuestros jóvenes.
Los dirigentes juveniles deben
ser ejemplo para la juventud, que inspiren confianza, humildad y actuar con la mayor honradez. Los dirigentes
deben ser los más sacrificados dentro de la organización; ser los primeros en
el desarrollo de las actividades y tareas y los últimos en retirarse de las
actividades que se organizaron.
Es importantísimo que implementemos programas
intensivos de formación política e ideología para nuestra juventud que permita formar
lideres revolucionarios y para que estén preparados para asumir tareas del
partido.
Debemos identificar a los compañeros jóvenes, más
comprometidos y más consecuentes. A
estos habrá que ir promoviendo para la formación de cuadros jóvenes y
responsabilidades partidarias dentro de la juventud o dentro del partido, como
un esfuerzo de incorporación para fortalecer a la juventud Farabundo
Martí.
Debemos apoyar a la juventud para
que el proceso de transición democrática tenga continuidad en el país; es la única
forma para que en un futuro próximo avancemos a la consolidación de la revolución
democrática.
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