El impulso de proyectos energéticos renovables se vuelve necesario e importante para el desarrollo de nuestros países, los beneficios económicos y ambientales del desarrollo de energías renovables han adquirido importante relevancia, por que contribuyen a reducir los riesgos asociados con la variaciones de los precios y la diversificación del mercado energético; además de reducir el impacto ambiental e impulsar el desarrollo sustentable.
Es especialmente relevante la contribución de estas fuentes al desarrollo social en áreas donde la energía convencional es económicamente inviable, como el impulso de energía renovable en las zonas rurales que se encuentran apartadas de la red eléctrica.
Según datos del BID, aproximadamente 34 millones de personas carecen de acceso a los servicios modernos de electricidad en América latina, y las importaciones de combustible consumen un porcentaje cada vez mayor de los presupuestos de los países más pequeños.
América latina tiene óptimas condiciones para la implementación de los diferentes tipos de proyectos energías renovables (solar, eólica, geotérmica y biomasa).
Desde la última década, los países de la región Centroamericana, está impulsando políticas e iniciativas para cambiar sus matrices energéticas, con el objetivo de reducir su dependencia de los combustibles fósiles, que siguen cubriendo por lo menos un tercio de la demanda de la energía en en toda la región, causando contaminación ambiental y constantes aumentos en los costos de importación de los derivados del petróleo. También, la producción hidroeléctrica, que representa el 40% de la capacidad instalada, se ve afectada por el cambio climático y la escasez de agua en Centroamérica.
El uso y dependencia de los combustibles fósiles que son los derivados del petróleo, generan altos niveles de contaminación a través de la emisión de los de gases de efecto invernadero, que afectan la nuestra atmósfera, aumentado los niveles y de cambio climático. Las energías renovables o limpias no producen esos gases, por tal motivo son amigables con el medio ambiente.
Debemos impulsar políticas gubernamentales para fomentar el ahorro y la eficiencia energética que consiste en realizar un mejor uso de la energía para disminuir su consumo y reducir el impacto ambiental. Alcanzar un uso racional de la energía es un objetivo complejo en el que es necesaria la colaboración de los diferentes actores de la sociedad. El trabajo en las escuelas para educar a nuestros niños y niñas en ahorro energético es fundamental, como también utilizar bombillos ahorradores en nuestros hogares.
Con el impulso de proyectos de energéticos renovables podemos llegar a comunidades rurales de escasos recursos económicos que no se pueden conectar a la red eléctrica nacional. También podemos potenciar proyectos energéticos renovables que sean administrados por las mismas comunidades y que sean sostenibles.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) espera invertir 500 millones de dólares en la región Centroamericana, para desarrollar la generación de energía a través de fuentes renovables. Mario Fernando Cerna experto del Banco dijo que según algunos estudios, Centroamérica tiene potencial para generar 3,900 MW de energía geotérmica, 22,000 MW a través de presas hidroeléctricas y 63,000 MW con parques eólico.
También se deben adoptar medidas para adecuar la legislación de nuestros países que le den mayor apertura a desarrollo de proyectos con energía renovable. También es importante que existan aperturas y acceso a créditos preferenciales para pequeñas empresas locales y comunidades que busquen desarrollar proyectos energéticos renovables.
Promover el desarrollo de energía limpia, el ahorro energético, reducir la factura energética, fortalecer la institucionalidad y legislación para el desarrollo energético y disponer de líneas de crédito, es la prioridad en nuestra a América.
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